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Según todos los indicios, el Anteproyecto de la Nueva Ley de Telecomunicaciones, va a conllevar la desaparición de las cabinas telefónicas en España. Según el último “censo de cabinas telefónicas” realizado por la Compañía Telefónica el año 2019, en España existen todavía 14.800. 

Debería haber visto alguna recientemente, pero no es así. Lo cual me lleva a la conclusión de que, o no son tantas, o no están ubicadas en las zonas que transito o, lo más probable, como no me resultan de ninguna utilidad (ni tan siquiera estética), no les presto la más mínima atención. Las primeras cabinas telefónicas se instalaron en España sobre el año 1963, convirtiéndose en un servicio público. Hoy, resulta obvio que con la evolución tecnológica de los aparatos telefónicos y la generalización de los móviles, se han convertido en prescindibles.

En el año 1.943, es decir 20 años antes, se publicó el libro “A theory of Human Motivation, de Abraham Maslow, dando a conocer la famosa “pirámide de necesidades”. Sus teorías han sido muy utilizadas como base para la gestión de personas en las Organizaciones, además de otros campos como la publicidad La tesis central de la pirámide de las necesidades, expresa que los seres humanos tienen necesidades estructuradas en diferentes estratos, de tal modo que las necesidades secundarias o superiores van surgiendo a medida que se van satisfaciendo las más básicas.

Hace ya algunos años que empezó la tendencia a invertir en el bienestar de las personas. Por lo menos, a hablar de ello. Empezaron a crearse proyectos de wellness, políticas de wellbeing, a medir el engagement, en lugar del “clima”, e incluso algunas empresas llegaron a crear Departamentos de Felicidad. Sin embargo, la pandemia ha acelerado y, posiblemente, generalizado la necesidad de poner a las personas en el centro del modelo de gestión. Pensar y actuar para mejorar su bienestar. Efectivamente, se está dando una dimensión más global, holística y también estratégica a la gestión del well-being. 

Está más que demostrado que las empresas que trabajan para eliminar las culturas tóxicas, los estilos de management jerárquicos y las políticas no inclusivas, generan mayor satisfacción, más engagement y mejores resultados. Pero más importante aún, ayudan a generar una sociedad más saludable y más feliz.

Todos los ámbitos profesionales se mueven por modas y tendencias. De nosotros depende trabajar en la evolución positiva y creciente de este foco en el ser humano. Para que no le ocurra como a las cabinas telefónicas.